Bahamut el Dragón de la justicia en Dungeons and Dragons
Bahamut era el dios dragón de la justicia y una deidad servil a Torm, dios de la ley.
Antes de entrar en el panteón de los Faerûnianos, era miembro del panteón de los Draconianos como deidad de los buenos dragones, los dragones metálicos que fueron dotados con sabiduría y justicia iluminada.
Durante un tiempo también fue miembro del panteón Untheric, bajo el alias de Marduk.
Y es el reconocido hermano y eterno rival de Tiamat la reina de dragones cromáticos.
La Descripción de Bahamut, El Dragón Platino
Su forma natural era la de un dragón de platino, del que muchos decían que era el único de su especie.
Era un enorme dragón de aproximadamente 55 metros de largo, con una cola del mismo largo de su cuerpo, llegando a alcanzar más de 100 metros de envergadura.
Sus escamas de color platino eran duras como un escudo que lo hacía brillar con un tenue toque azul.
Sus ojos parecían ser cambiantes dependiendo del enfoque de la luz, aunque se documenta que el tono no variaba según la luz sino su estado de ánimo. Generalmente tenía un tono azul.
Bahamut cuando desea vagar por el mundo de los mortales, para no ser reconocido y poder recorrer las sociedades de una forma más mundana tomaba la apariencia de un viejo humano o semihumano vestido con ropas de campesino y siempre acompañado de 7 canarios.
Otros disfraces de Bahamut consistía en un príncipe que viajaba en un carruaje con 7 caballos, en un erizo acompañado por 7 compañeros o el de un mendigo seguido por 7 perros callejeros.
Es evidente que Bahamut cuando quería ocultarse tomaba formas que nadie pudiese sospechar de su presencia y muchas de estas formas no han sido documentadas.
La Personalidad de Bahamut el Dragón Bueno.
Bahamut siempre fue severo con la desaprobación del mal, no acepta excusas por actos malvados y no tolera ni ofensas menores por parte de las criaturas malvadas.
A pesar de esta postura tajante, también es considerado uno de los seres más compasivos del multiverso. Sentía una fuerte empatía por los oprimidos, los desposeídos y los desamparados.
Generalmente prefería a través de conjuros, encarcelar o polimorfizar a los que le habían ofendido en lugar de matarlos, aunque también es conocido que a Bahamut no le gustaba ensuciarse con sangre de criaturas malvadas.
A Bahamut le gustaba probar la fuerza y el valor de sus seguidores luchando en modo de prueba contra ellos en su forma de dragón, deteniendo el combate cuando sus seguidores eran heridos o cuando superaban sus expectativas.
Generalmente esto se le iba de las manos y se dejaba llevar por su celo, y siempre tenía a mano poderosos curanderos en caso de que hubiera herido de gravedad a uno de sus seguidores en un combate de prueba.
Según los estándares draconianos Bahamut no era deseoso de tesoros o riquezas y valoraba más la sabiduría, el conocimiento, las profecías y las diferentes formas artísticas como las canciones.
Bahamut utilizó su gran riqueza a lo largo de los años para ayudar a los necesitados, del mismo modo que incitaba a sus seguidores y campeones a guardar esos tesoros, persiguiendo a aquellos que trataban de robarlo. Comportándose como un dios de la justicia.
Bahamut y Sus Poderes
La bondad de Bahamut siempre ha hecho que prefiera resolver cualquier conflicto a través de la comunicación y sus dotes diplomáticas sin llegar a tener que batallar, pero es cierto que la mayoría de veces en un mundo regido por el más fuerte es difícil.
Esa diplomacia la podría usar en diferentes lenguas, ya que Bahamut domina perfectamente el Dracónico, el celestial, el Auran y el común, aunque tenía la capacidad de hablar con cualquier criatura inteligente gracias a su telepatía.
A pesar de su aversión a la batalla, era fácilmente capaz de defenderse de una forma notable.
Bahamut poseía todos los poderes estándar a su especie y los sentidos divinos de una deidad de su rango, así como las habilidades naturales de un antiguo dragón.
Los pocos que pudieron ver a Bahamut luchar afirmaban que tenía dos armas de aliento, un poderoso cono de frío y otra que era un vapor que convertía a sus enemigos en formas gaseosas.
El tercer poder utilizado por Bahamut era su especial rugido, que era tan poderoso que podría desintegrar criaturas u objetos cercanos a él. Este rugido era capaz de ensordecer permanentemente a aquellas criaturas más poderosas.
Su poder superaba a los de cualquier dragón mortal y tenía la reputación de conocer todos los hechizos arcanos y divinos.
Una característica de Bahamut muy útil era la de poder ver a seres y objetos totalmente invisibles o su capacidad de poder respirar bajo el agua indefinidamente y del mismo modo poder utilizar sus hechizos y armas de respiración bajo las aguas.
Galería de Imágenes de Bahamut
Las Diferentes Formas de Bahamut
Bahamut disponía del poder de cambiar su forma física para poder mimetizarse en aquel entorno al que se exponía, pero también disponía otra forma curiosa de conseguir cambiar su aspecto.
Bahamut era capaz de crear aspectos diferentes a partir del sacrificio voluntario de un poderoso adorador de dragones metálicos.
Mientras el dragón moría durante un ritual, el podía adquirir un aspecto diferente. El aspecto recién creado recordaba toda su vida anterior y estaba totalmente ligado a la voluntad de Bahamut para siempre.
Estos aspectos de Bahamut no eran extensiones del yo de Bahamut sino seres independientes, pero tan poderosos como aspectos normales de Bahamut.
Esta forma de crear aspectos para Bahamut, no le gustaba, ya que él prefería que sus adoradores permanecieran como dragones en lugar de sacrificarse a sí mismos, pero a veces pedía a uno de sus adoradores que se convirtiera en un aspecto cuando fuera necesario para actuar como emisario, que se convirtiera en guardián a largo plazo o que persiguiera a seres malignos demasiado poderosos.
Los aspectos de Bahamut eran combatientes intrépidos y sorprendentemente inteligentes a los que no les importaba nada la peligrosidad de su gesta, algo que los hacía mucho más peligrosos que los dragones mortales debido a su rabia y perspicacia en la batalla.
Los aspectos de Bahamut solían luchar a muerte, a menos que su supervivencia fuera más importante que cualquier ganancia táctica que pudieran obtener de una batalla.
A pesar de esto, los aspectos de Bahamut estaban dispuestos a tratarlos más diplomáticamente que la mayoría de los aspectos divinos, aunque sólo hablaban desde posiciones de superioridad debidas a ellos como representantes de Bahamut.
La Historia de Bahamut, El Dios Dragón
Los sabios debatieron si Bahamut era realmente una deidad o no.
Muchos creían que era el arquetipo de la buena humanidad de los dragones, el avatar de otra deidad, o incluso un dragón mortal tan poderoso que otros dragones lo veneraban como a un dios.
Lo que si sabían con certeza es que era poderoso, era venerado por muchos buenos dragones como su rey, e incluso era respetado por los malvados a los que se enfrentaba.
Bahamut si era en realidad un dios.
Nació junto con el resto del panteón draconiano cuando nacieron los primeros dragones, aunque en aquellos tiempos antiguos era conocido como Xymor por sus seguidores.
Sus orígenes fueron muy debatidos ya que había muchos relatos sobre cómo llegó a existir Xymor.
En los relatos más comúnmente aceptados, era hijo de Asgorath y hermano de Tiamat y Null, mientras que en las tradiciones de la sociedad del dragón de oro se creía que era hijo de Lendys y Tamara.
Los mitos de los Dragonborn (una raza de criaturas draconianas nativas de Abeir) de Abeir afirmaban que Bahamut y Tiamat nacieron del cadáver hundido de Io (nombre por el que los Dragonborn conocían a Asgorath) cuando fue asesinado en la Guerra del Amanecer.
Sea cual sea la verdad de Bahamut, su culto creció rápidamente en las comunidades de dragones metálicos, especialmente entre los jóvenes dragones de oro.
Algunos sabios especulan que esto se debió a que los dragones de oro creían que Bahamut fue una vez un dragón de oro cuya gran bondad le hizo trascender su forma dorada y convertirse en una raza de dragón única.